Mientras estoy en la que solía
ser nuestra cama, el viento arrecia fuera de la ventana, su sonido hace que
levante la vista de ese, que solía ser tu libro favorito. El solo momento, hace
que comience a pensar en la última vez que te vi y el recuerdo de tus ojos va
quemando desde el corazón a la garganta, para salir en forma de lágrimas. Quisiera
tanto verlos en este instante, quisiera tus brazos alrededor de mi cintura, acurrucándome
junto a ti, y así no sentir este vacío gigante que dejaste aquí, en mi mundo.
Cada día trato de seguir adelante,
de decirme que no volverás y que debo olvidarte, mi mente está consciente de ello,
sin embargo, los fantasmas de las promesas hechas, me penan, me alientan a
esperar un tal vez, un quizás.
Pero, ya no hay vuelta atrás,
espero con todo mi corazón algún día encontrarte de nuevo en mi camino, aunque
sea sólo para abrazarte; mientras apago la luz, me cubro de las sábanas que nos
cobijaron y me envuelvo a mí misma en la oscuridad, que únicamente quiebra esa chispa de
esperanza, esa que pide, me recuerdes aún.
1 comentario:
"procuro encender en secreto una vela no sea que por si acaso
un golpe de suerte algún día quiera que te vuelva a ver
reduciendo estas palabras a un trozo de papel."
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