AÑOS... según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: "Periodo de doce meses a partir de una fecha determinada". Según mi percepción, es una medida de tiempo, utilizada para saber cuanto ha pasado desde… lo que sea… nacer, morir, dolores, pérdidas, alegrías, esperanzas, decepciones… lo que sea… porque esos hechos quedan aquí… dentro de nosotros, flotando en un océano de recuerdos de otros tantos acontecimientos importantes en nuestra vida… son además la forma de contabilizar la edad, aquella que muchas veces nos puede marcar casi a fuego una imagen… un estereotipo...
¿Y la edad?... ¿tiene alguna incidencia en tener más o menos conocimiento de la vida?... mi muy personal opinión es que NO… conozco personas de 15 años, que saben mucho más que cualquiera de los más avezados… tanto como se encuentran en mi circulo, personas de más de… mmm… dejémoslo como que ya son más que “adulto joven”… y son unos verdaderos niños en su andar por la vida…
Alguien una vez, se admiró de que estuvieran en mi conocimiento, ciertas cosas que según mi edad (y su percepción de esta), no correspondían a mi rango etáreo, y me extrañó… me extrañó que ese alguien, pensara así, que su mente funcionara de manera tan estrecha, como para no entender que la edad, es algo más profundo que la contabilidad de los años… es experiencia de vida, es como ves el mundo, como te tomas el día a día, como enfrentas cada acontecimiento…
AÑO, tres letras… que abarcan 365 días… 8.760 horas… 525.600 minutos… que no sirven de nada, si no los vives, si no sacas un aprendizaje de cada movimiento, cada decisión que tomas… de que sirve vivir, avanzar por la vida… amontonando posesiones… amontonando experiencias gastadas, de las que sacaste el aprendizaje correspondiente, encerrándolas en un closet, reviviéndolas cada vez que puedes… mientras afuera te esperan miles más, que pueden ser más gratificantes, o quizás no tanto… pero, que te pueden mostrar que la vida no es blanca ni negra, sino que está formada de un espectro infinito de colores…
Creo que como conclusión, puedo decir lo siguiente: ¡Qué interesa cuantos años tengo! ¡No quiero pensar en ello! Pues, unos dicen que en este momento ya pasó “mi cuarto de hora”, otros que soy una "pendeja" y otros que estoy en mi "plenitud". Pero, no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer errores viejos, cambiar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no hay porque decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!... ¡Estas muy viejo, ya no podrás!
¿Y la edad?... ¿tiene alguna incidencia en tener más o menos conocimiento de la vida?... mi muy personal opinión es que NO… conozco personas de 15 años, que saben mucho más que cualquiera de los más avezados… tanto como se encuentran en mi circulo, personas de más de… mmm… dejémoslo como que ya son más que “adulto joven”… y son unos verdaderos niños en su andar por la vida…
Alguien una vez, se admiró de que estuvieran en mi conocimiento, ciertas cosas que según mi edad (y su percepción de esta), no correspondían a mi rango etáreo, y me extrañó… me extrañó que ese alguien, pensara así, que su mente funcionara de manera tan estrecha, como para no entender que la edad, es algo más profundo que la contabilidad de los años… es experiencia de vida, es como ves el mundo, como te tomas el día a día, como enfrentas cada acontecimiento…
AÑO, tres letras… que abarcan 365 días… 8.760 horas… 525.600 minutos… que no sirven de nada, si no los vives, si no sacas un aprendizaje de cada movimiento, cada decisión que tomas… de que sirve vivir, avanzar por la vida… amontonando posesiones… amontonando experiencias gastadas, de las que sacaste el aprendizaje correspondiente, encerrándolas en un closet, reviviéndolas cada vez que puedes… mientras afuera te esperan miles más, que pueden ser más gratificantes, o quizás no tanto… pero, que te pueden mostrar que la vida no es blanca ni negra, sino que está formada de un espectro infinito de colores…
Creo que como conclusión, puedo decir lo siguiente: ¡Qué interesa cuantos años tengo! ¡No quiero pensar en ello! Pues, unos dicen que en este momento ya pasó “mi cuarto de hora”, otros que soy una "pendeja" y otros que estoy en mi "plenitud". Pero, no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer errores viejos, cambiar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no hay porque decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!... ¡Estas muy viejo, ya no podrás!
¿Qué cuantos años tengo?
Eso que importa... Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
CASO CERRADO
Ps.: Gracias… mi querido Editor...