martes, septiembre 25, 2007

¿Y Qué Importan los Años?

AÑOS... según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: "Periodo de doce meses a partir de una fecha determinada". Según mi percepción, es una medida de tiempo, utilizada para saber cuanto ha pasado desde… lo que sea… nacer, morir, dolores, pérdidas, alegrías, esperanzas, decepciones… lo que sea… porque esos hechos quedan aquí… dentro de nosotros, flotando en un océano de recuerdos de otros tantos acontecimientos importantes en nuestra vida… son además la forma de contabilizar la edad, aquella que muchas veces nos puede marcar casi a fuego una imagen… un estereotipo...

¿Y la edad?... ¿tiene alguna incidencia en tener más o menos conocimiento de la vida?... mi muy personal opinión es que NO… conozco personas de 15 años, que saben mucho más que cualquiera de los más avezados… tanto como se encuentran en mi circulo, personas de más de… mmm… dejémoslo como que ya son más que “adulto joven”… y son unos verdaderos niños en su andar por la vida…

Alguien una vez, se admiró de que estuvieran en mi conocimiento, ciertas cosas que según mi edad (y su percepción de esta), no correspondían a mi rango etáreo, y me extrañó… me extrañó que ese alguien, pensara así, que su mente funcionara de manera tan estrecha, como para no entender que la edad, es algo más profundo que la contabilidad de los años… es experiencia de vida, es como ves el mundo, como te tomas el día a día, como enfrentas cada acontecimiento…

AÑO, tres letras… que abarcan 365 días… 8.760 horas… 525.600 minutos… que no sirven de nada, si no los vives, si no sacas un aprendizaje de cada movimiento, cada decisión que tomas… de que sirve vivir, avanzar por la vida… amontonando posesiones… amontonando experiencias gastadas, de las que sacaste el aprendizaje correspondiente, encerrándolas en un closet, reviviéndolas cada vez que puedes… mientras afuera te esperan miles más, que pueden ser más gratificantes, o quizás no tanto… pero, que te pueden mostrar que la vida no es blanca ni negra, sino que está formada de un espectro infinito de colores…

Creo que como conclusión, puedo decir lo siguiente: ¡Qué interesa cuantos años tengo! ¡No quiero pensar en ello! Pues, unos dicen que en este momento ya pasó “mi cuarto de hora”, otros que soy una "pendeja" y otros que estoy en mi "plenitud". Pero, no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer errores viejos, cambiar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no hay porque decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!... ¡Estas muy viejo, ya no podrás!


¿Qué cuantos años tengo?

Eso que importa... Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.


CASO CERRADO





Ps.: Gracias… mi querido Editor...

lunes, septiembre 10, 2007

The Skar Club


Tan antiguas como el amor, son las decepciones, aquellas nacidas de la esperanza ciega del corazón, la misma, que en un momento nos suspende en el infinito, donde sentimos que podemos lograr lo imposible… que el mundo es sólo felicidad… que Superman, no es nada comparado con nosotros… que cada movimiento del otro, tiene un significado especial… y que todo es color de “rosa”…

Pero las rosas tienen espinas…Y el tiempo pasa… y no hay respuesta… no hay una mísera muestra de que todo el esfuerzo, que hemos puesto en lograr que esa persona vea al fin las luces de neón que penden sobre nuestras cabezas, donde dice aquel “Te Amo”, diera algún resultado…

Pero esa frase (pequeña frase) tampoco nos atrevemos a decirla abiertamente, por que la debemos esconder, por temor… temor a no ser correspondido… a perder lo poco que hemos ganado… a perder aquello que sustenta tantos sueños… sueños de felicidad… sueños de una unión…

Y así, poco a poco, minuto a minuto, movimiento tras movimiento… se van formando heridas en nosotros… no en la piel… sino más profundamente… día con día, tratamos de cerrarlas, de evitarlas, de olvidarlas, esperando que no duelan… que con esto, de pronto desaparezcan…
Pero están allí… sangrando a ratos, cicatrizando lentamente con el pasar del tiempo, endureciéndonos, congelando nuestros sentimientos en la mayoría de los casos… así sana el corazón… el alma, y lo que un día fue hermoso, ahora lo vemos a través de un cristal, frío como el hielo, como lo que fue, “solo una experiencia más”, algo que dejo su enseñanza y se fue… algo que no esperamos suceda de nuevo… no por un rato… no, hasta que la cicatriz este completa…

Aunque, ¿Quién sabe?… los Dioses siempre nos sorprenden…

Con muchísimo cariño, para los respetables miembros del “Club de la Cicatriz”…

Para ustedes, mis amigos, compañeros de penas, alegrías, aventuras, locuras y porque no decirlo, también travesuras…

Gracias por estar allí, aún cuando el cielo amenazaba con tormentas…

Esperaremos juntos la llegada de aquella primavera y su calidez, que tengo la esperanza, derretirá la escarcha…