“LLUVIA, BEATLES Y ACERTIJOS” (La Disgregación en su máxima expresión)
Era un día jueves, salía (supuestamente) temprano de mi práctica, tenía planeado hacer mil cosas antes de las cinco de la tarde… ya me veía caminando entre la gente y la lluvia, para llegar al ciber de siempre y publicar este escrito, leer otro tanto, bajar información interesante, etc. al no poder concretarlo este día, planeé terminarlo el día viernes, mas este bendito resfriado que aún me calienta la cabeza (de forma literal), no me permitió concretar nuevamente mis tan puntuales planes, y fue eso, la forma en que se desenvolvieron los hechos, la que me demostró por centésima vez que los pasos de nuestra vida, son cambiantes, dinámicos. Cómo un recuerdo lejano, se vino a mis pensamientos, una de las tantas frases maternas, de esas, que pocas veces tomé en cuenta, “no hagas planes, si no estás segura que los vas a poder cumplir”. Pero aquí estoy ahora, quizás no en la fecha que deseaba, pero puedo decir, “Misión Cumplida”, lo que me dice a la vez, si se persiste (sólo si se persiste), se puede alcanzar lo que buscamos.
El otro día, me dio la locura de los ciberespacios… revise uno a uno todos los espacios que tengo… myspace… windows live space y fotolog… el único sobreviviente a la catástrofe “¡Me quitaron Internet!”, aunque estuvo agonizando durante meses… ya está operativo y recibiendo los escasos posts de mis amigos y conocidos.
En cuanto a este espacio, después de tener botado mil años el blog... de borrar mil y una columnas escritas y reescritas… actualizar información… tratar en vano de subir una foto… al fin… "it's alive again!!"... y es que existe una razón que me lleva a querer escribir desesperadamente… y esa es una duda… una de esas, interminables, siempre presentes, rumiadas y nunca bien ponderadas DUDAS.
“Mi amiga… la Acertijo”… así me describió Cristian una vez… no por una razón muy elaborada… simplemente, porque además de encontrarme siempre en un estado dubitativo, pensativo y cabizbajo, la mayor parte del tiempo se me escapaban los signos de interrogación en las largas conversaciones que manteníamos a través de MSN…
ChEzA : Te quiero, cabro pesado??
ChEzA : se me escapan los signos de interrogación!!!!!!!
ChEzA : es casi mecánico… la costumbre de siempre andar preguntando =P
Cristian : jajajajaja
Cristian : Mi amiga… la Acertijo…
Para variar, me quedó la frase dando vueltas, y un día, conversando con Carla, le relaté el episodio de la “Chica Acertijo”. “Interesante” dijo… yo la miré extrañada, ¿¿Qué estaba queriendo decir?? Yo solo quería que se riera un poco… me explicó que para ella, esta frase implicaba que siempre había posibilidad de renovarse, de cambiar, de sorprender.
Quizás tenía razón… pasaron los días y comencé a rumiar la idea, y luego de darle diez mil quinientas vueltas a la situación, llegué a una conclusión. Llegué a la certeza de que será muy difícil que algún día, alguien logre desenmarañar del todo, este desorden que soy yo… y es que ni yo misma, con todo el tiempo que paso pensando, analizando y buscando dentro de mi, tirando hilitos sueltos para ver si me llevarán al camino que deseo… cortando hilachas de mis recuerdos y pensamientos, para poder estar tranquila a ratos… y en otras ocasiones, definitivamente robando las tijeras de las “Parcas”, para intentar deshacer el hilado que he forjado en mi vida… ni con todo esto, he podido comprenderme por completo… siempre hay algo oculto en mi… algo que se niega a mostrar la cara… a pesar de que muchas veces siento que soy demasiado transparente con los demás, ven quizás, más de lo que yo quisiera, más de lo que debieran.
Luego otro día, un lluvioso día de junio, entre un café y unas galletas, Cristian lanzó nuevamente una de esas famosas frases. De esas, que quedan orbitando alrededor de mis pensamientos por días eternos. Tal hecho, se suscitó, luego de contarle con los ojos brillantes de emoción, mi idea de hacerme un nuevo tatuaje. Me miró seriamente por un rato (un largo, largo rato), diría que incluso me examinó, me observó de un lado, del otro y finalmente soltó la frase que presionaba su garganta:
- A veces creo que te sientas a pensar “A ver, que locura puedo hacer ahora” - (creo que no usaré la palabra exacta… sólo por temor a herir susceptibilidades)
Y yo me reí… me reí, hasta casi llorar… y es que miles de veces me había encontrado tumbada en mi cama, escuchando música y pensando “¿Y que me hago ahora?” y tal como un túnel por el que se camina, donde la imagen del final, al ir avanzando se hace más clara y potente… así son mis ideas, comienzo a pulirlas… a sacarles los sobrantes, a creer que el mundo por un instante es perfecto, que todo saldrá bien, que podré ser feliz por más de un segundo, y cuando estoy pronta a alcanzar la “Olla de Oro”… alguien me despierta con un pedido de “¡¡¡Podrías lavar la loza!!!” y caigo del camino de arco iris por el que transitaba, para caer en medio de un torbellino de sobras de comida y esponjas fétidas.
Y vuelvo a mi realidad, que después de todo, no es tan mala… que es incluso mejor que los sueños, porque acá –en la vida real– es donde tengo a mis amigos y amigas, a mis seres queridos, a ese “alguien”, que quizás ni sabe que existo, pero que está presente, en carne y hueso, no en un deseo.
Realidad… mi realidad ahora, es que mis manos están rojas por el frío, mi nariz gotea y mis oídos retumban. Mientras escribo, el computador toca una y otra vez “Anna (Go to Him)” de Los Beatles y escucho la frase: “Go with Him”… y me impresiona… me descubro con ganas de estar con él… de conversar largamente… de mostrarme tal como soy… de reír a carcajadas… nada muy romántico… pero suficiente para mi…
Continúa la canción… y canto, en mi desafinado (y gangoso) tono de resfriado, que se parece mucho a la voz de Carlitos Baldosa (de Rugrats):
“Ah!... All of my life
I’ve been searching for a Girl
to love me, like I Love You
But let me tell you now, but every girl I ever had
Breaks my heart and leaves me sad
What am I, what am I supposed to do?oh, oh, oh, oh”
Haciendo la salvedad, de que al que busco es un hombre y no una “girl”, me parece una estrofa muy acertada… “breaks my heart and leaves me sad”… frase aún más acertada… se me escapa una sonrisa… la canción es de 1963… cuando mi existencia no estaba ni mínimamente en la mente de ninguno de mis padres… y ya alguien estaba escribiendo una canción que removería millones de neuronas, en miles de personas, alrededor de un solo sentimiento… el amor… ¿o el despecho?...
Estornudo… mi cerebro golpea contra las paredes de mi cabeza… descubro que tengo fiebre… pero eso no es lo importante… mis neuronas continúan moviendo información… quiero dormir… “Go with Him” repite la canción… me sorprendo pensando nuevamente en él… tengo miedo… ¿que hago?... mi cerebro se embota… “Go with Him… Oh… Go with Him… You can Go with Him, Girl… Oh… Go with Him”… una vocecilla musita “Ojalá pudiera”… y el flujo de mis pensamientos se pierde en la estratosfera…
Y me quedo pensando por largo rato… y me surge otra duda… una nueva, gran duda… una nueva, gran y molesta duda… “¿Porqué cuando te resfrías, se tapa sólo un lado de la nariz?”
Era un día jueves, salía (supuestamente) temprano de mi práctica, tenía planeado hacer mil cosas antes de las cinco de la tarde… ya me veía caminando entre la gente y la lluvia, para llegar al ciber de siempre y publicar este escrito, leer otro tanto, bajar información interesante, etc. al no poder concretarlo este día, planeé terminarlo el día viernes, mas este bendito resfriado que aún me calienta la cabeza (de forma literal), no me permitió concretar nuevamente mis tan puntuales planes, y fue eso, la forma en que se desenvolvieron los hechos, la que me demostró por centésima vez que los pasos de nuestra vida, son cambiantes, dinámicos. Cómo un recuerdo lejano, se vino a mis pensamientos, una de las tantas frases maternas, de esas, que pocas veces tomé en cuenta, “no hagas planes, si no estás segura que los vas a poder cumplir”. Pero aquí estoy ahora, quizás no en la fecha que deseaba, pero puedo decir, “Misión Cumplida”, lo que me dice a la vez, si se persiste (sólo si se persiste), se puede alcanzar lo que buscamos.
El otro día, me dio la locura de los ciberespacios… revise uno a uno todos los espacios que tengo… myspace… windows live space y fotolog… el único sobreviviente a la catástrofe “¡Me quitaron Internet!”, aunque estuvo agonizando durante meses… ya está operativo y recibiendo los escasos posts de mis amigos y conocidos.
En cuanto a este espacio, después de tener botado mil años el blog... de borrar mil y una columnas escritas y reescritas… actualizar información… tratar en vano de subir una foto… al fin… "it's alive again!!"... y es que existe una razón que me lleva a querer escribir desesperadamente… y esa es una duda… una de esas, interminables, siempre presentes, rumiadas y nunca bien ponderadas DUDAS.
“Mi amiga… la Acertijo”… así me describió Cristian una vez… no por una razón muy elaborada… simplemente, porque además de encontrarme siempre en un estado dubitativo, pensativo y cabizbajo, la mayor parte del tiempo se me escapaban los signos de interrogación en las largas conversaciones que manteníamos a través de MSN…
ChEzA : Te quiero, cabro pesado??
ChEzA : se me escapan los signos de interrogación!!!!!!!
ChEzA : es casi mecánico… la costumbre de siempre andar preguntando =P
Cristian : jajajajaja
Cristian : Mi amiga… la Acertijo…
Para variar, me quedó la frase dando vueltas, y un día, conversando con Carla, le relaté el episodio de la “Chica Acertijo”. “Interesante” dijo… yo la miré extrañada, ¿¿Qué estaba queriendo decir?? Yo solo quería que se riera un poco… me explicó que para ella, esta frase implicaba que siempre había posibilidad de renovarse, de cambiar, de sorprender.
Quizás tenía razón… pasaron los días y comencé a rumiar la idea, y luego de darle diez mil quinientas vueltas a la situación, llegué a una conclusión. Llegué a la certeza de que será muy difícil que algún día, alguien logre desenmarañar del todo, este desorden que soy yo… y es que ni yo misma, con todo el tiempo que paso pensando, analizando y buscando dentro de mi, tirando hilitos sueltos para ver si me llevarán al camino que deseo… cortando hilachas de mis recuerdos y pensamientos, para poder estar tranquila a ratos… y en otras ocasiones, definitivamente robando las tijeras de las “Parcas”, para intentar deshacer el hilado que he forjado en mi vida… ni con todo esto, he podido comprenderme por completo… siempre hay algo oculto en mi… algo que se niega a mostrar la cara… a pesar de que muchas veces siento que soy demasiado transparente con los demás, ven quizás, más de lo que yo quisiera, más de lo que debieran.
Luego otro día, un lluvioso día de junio, entre un café y unas galletas, Cristian lanzó nuevamente una de esas famosas frases. De esas, que quedan orbitando alrededor de mis pensamientos por días eternos. Tal hecho, se suscitó, luego de contarle con los ojos brillantes de emoción, mi idea de hacerme un nuevo tatuaje. Me miró seriamente por un rato (un largo, largo rato), diría que incluso me examinó, me observó de un lado, del otro y finalmente soltó la frase que presionaba su garganta:
- A veces creo que te sientas a pensar “A ver, que locura puedo hacer ahora” - (creo que no usaré la palabra exacta… sólo por temor a herir susceptibilidades)
Y yo me reí… me reí, hasta casi llorar… y es que miles de veces me había encontrado tumbada en mi cama, escuchando música y pensando “¿Y que me hago ahora?” y tal como un túnel por el que se camina, donde la imagen del final, al ir avanzando se hace más clara y potente… así son mis ideas, comienzo a pulirlas… a sacarles los sobrantes, a creer que el mundo por un instante es perfecto, que todo saldrá bien, que podré ser feliz por más de un segundo, y cuando estoy pronta a alcanzar la “Olla de Oro”… alguien me despierta con un pedido de “¡¡¡Podrías lavar la loza!!!” y caigo del camino de arco iris por el que transitaba, para caer en medio de un torbellino de sobras de comida y esponjas fétidas.
Y vuelvo a mi realidad, que después de todo, no es tan mala… que es incluso mejor que los sueños, porque acá –en la vida real– es donde tengo a mis amigos y amigas, a mis seres queridos, a ese “alguien”, que quizás ni sabe que existo, pero que está presente, en carne y hueso, no en un deseo.
Realidad… mi realidad ahora, es que mis manos están rojas por el frío, mi nariz gotea y mis oídos retumban. Mientras escribo, el computador toca una y otra vez “Anna (Go to Him)” de Los Beatles y escucho la frase: “Go with Him”… y me impresiona… me descubro con ganas de estar con él… de conversar largamente… de mostrarme tal como soy… de reír a carcajadas… nada muy romántico… pero suficiente para mi…
Continúa la canción… y canto, en mi desafinado (y gangoso) tono de resfriado, que se parece mucho a la voz de Carlitos Baldosa (de Rugrats):
“Ah!... All of my life
I’ve been searching for a Girl
to love me, like I Love You
But let me tell you now, but every girl I ever had
Breaks my heart and leaves me sad
What am I, what am I supposed to do?oh, oh, oh, oh”
Haciendo la salvedad, de que al que busco es un hombre y no una “girl”, me parece una estrofa muy acertada… “breaks my heart and leaves me sad”… frase aún más acertada… se me escapa una sonrisa… la canción es de 1963… cuando mi existencia no estaba ni mínimamente en la mente de ninguno de mis padres… y ya alguien estaba escribiendo una canción que removería millones de neuronas, en miles de personas, alrededor de un solo sentimiento… el amor… ¿o el despecho?...
Estornudo… mi cerebro golpea contra las paredes de mi cabeza… descubro que tengo fiebre… pero eso no es lo importante… mis neuronas continúan moviendo información… quiero dormir… “Go with Him” repite la canción… me sorprendo pensando nuevamente en él… tengo miedo… ¿que hago?... mi cerebro se embota… “Go with Him… Oh… Go with Him… You can Go with Him, Girl… Oh… Go with Him”… una vocecilla musita “Ojalá pudiera”… y el flujo de mis pensamientos se pierde en la estratosfera…
Y me quedo pensando por largo rato… y me surge otra duda… una nueva, gran duda… una nueva, gran y molesta duda… “¿Porqué cuando te resfrías, se tapa sólo un lado de la nariz?”